

Una cabina presurizada es esencial, por eso lleva dos gigantescos rieles para su deslizamiento, revelando el peso de dicho elemento.

No suelo hacer aviones alemanes de fantasía, pues para eso ya esta "Luftwaffe 46", pero este no es de origen alemán, sino checo. Es una creación típica de Fantasy Planes.

El trabajo más especial fue el alargamiento del momento de cola, para compensar el del morro, que creció con el motor V-12, dado que el Siebel original era muy chato.