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viernes, 5 de febrero de 2010

¿Qué hacer con un P-80 cuando empiece la Guerra Fria?


Bueno, es una perspectiva exagerada, pero como propaganda, está bastante bien para la Guerra Fría.




El diedro negativo de sus alas le dan un aire futurista, lo que sumado a los colores de prototipo, dejan claro su aire experimental.















Fueron décadas convulsas, y el mundo se sabía capaz de autodestruirse, pero dió lugar a la mayor carrera aeronáutica y tecnológica que nos ha dado el conocimiento científico.










Es en la vista lateral, donde se puede apreciar el volumen logrado para albergar gran cantidad de combustible.

Su planta evidencia que no es, o al menos no intenta ser, un supersónico, pero su vocación de escalador de grandes altitudes y distancias, sí queda clara.



Un avión espía, no es un simple avión de reconocimiento fotográfico, un combustible especial es algo necesario, y el hidrógeno lo es, su problema es que necesita más espacio que otros combustibles, y aquí empezó nuestro trabajo para repartir el espacio en el pequeño P-80. Acortando el momento de cola, y compensando el desplazamiento de pesos con un enorme fuselaje, que podría albergar el combustible suficiente, obtenemos esta maravilla de gran altitud. Como todos los aviones especializados es un poco extravagante, pero a mí sus lineas me recuerdan a la serie Bell x1, x2etc.