Se trata de un viejo vacuforme de Vacukit, de la década de los 70, del famoso I-15 "Chato", modificado como un autogiro, realmente divertido pero sucio de trabajar, este pequeño aparato mantiene vivo el espíritu de La Cierva. Lógicamente, las prestaciones de un autogiro son inferiores a las de un avión, pero sin embargo su comportamiento tanto en terrenos sin preparar, como a muy baja velocidad, son extremadamente superiores. Si lo comparamos con un helicóptero, su bajo consumo lo convierte en asequible, y aunque depende del viento frontal para permanecer casi inerme en el cielo, no tiene capacidad para el vuelo estacionario. Después de esta breve reseña, de lo que supone un autogiro, ( nada nuevo) me sorprendió mucho que los niños de hoy, no supiesen quien fue su precursor, ni donde tiene su origen esta maravillosa forma de volar, que a decir de algunos, prometía mucho más para el futuro. Recientemente, he tenido que explicar que no era un "helicóptero antiguo", sino su precursor, el paso previo, o si lo preferís, la primera aeronave de alas rotatorias factible para su uso real, a un grupo de jovenes, y me sentí muy solo, como aficionado a la aviación.
